(Publicado originalmente en http://elblogdejebimetal.blogspot.com el 7 de febrero de 2009) Sí, sí, ya lo sé, qué original. Con la de discos que existen y tengo que ponerme a escribir precisamente de "The number of the Beast", sobre el que ya se ha dicho y escrito absolutamente todo. Pero es que en este blog no podía faltar este discazo y lo raro es que no fuera el primero en ser comentado. Para los que ya lo conozcáis, poco o nada más que añadir. Y para los no iniciados deciros que si sencillamente os gusta la música de calidad, este material es de obligada escucha, de "primero de heavy", de esos que seguro te caen en los exámenes trimestrales, los de junio y hasta en septiembre. Son muy pocos los discos de los que se pueda afirmar sin lugar a duda que quedan para la historia del heavy metal, por sus canciones, por su sonido, y por su momento. Vamos a empezar precisamente por ahí, por el momento: La NWOBHM. Iron Maiden nació en un barrio londinense a finales de los años 70 al calor de una explosión de nuevas bandas, con un sonido característico y que fue conocido como el de la New Wave Of British Heavy Metal (NWOBHM), cuyo máximo esplendor se produjo, aproximádamente, entre los años 1980 y 1984. A diferencia de sus primos punks, que rompieron con todos los moldes establecidos por la generación de músicos anterior, el ya no tan incipiente movimiento heavy se dejó influenciar y chupó mucho de grupos como Iron Butterfly, Uriah Heep, UFO, Black Sabbath o Judas Priest y Motörhead (que aunque llevaban ya una trayectoria, se hicieron realmente grandes en aquellos años). Además de Iron Maiden, infinidad de grupos como Saxon, Tygers of Pan Tang, Samson, Raven, White Spirit, Diamond Head, Girlschool (raro caso de grupo totalmente femenino), Venom (precursores del Black Metal) y muchísimos grupos más, muchos de los cuales nacieron y murieron con un solo disco editado, contribuyeron a hacer grande este género, uno de cuyos rasgos característicos fue la velocidad de sus solos y la adopción de una imagen "más propia", alejándose del hippismo anterior e identificándose más con la de un heavy cualquiera de hoy día, para entendernos. A finales de 1981, tras la salida del álbum "Killers" (otro discazo en mi opinión que tiene la "mala suerte" de ser de los Maiden y quedar ensombrecido por otros discos más populares de la banda), Iron Maiden se encontraba sin cantante debido a la expulsión del "heavy-punk" Paul Di'Anno. Steve Harris, bajista y cerebro del grupo, tras ver una actuación de los Samson en el festival de Reading y en cuyo grupo cantaba Bruce Dickinson (conocido en aquella época como Bruce-Bruce) decidió que ése, tenía que ser el nuevo cantante de La Doncella de Hierro. Dickinson aprovechó la oportunidad de su vida y así, el 29 de marzo de 1982, veía la luz el tercer disco de los londinenses, The Number of the Beast.
El disco fue un exitazo y fue número 1 en listas durante varias semanas y en diferentes países además de Inglaterra (en España no, claro) y les permitió hacer su primera gira mundial que les llevó a actuar en Madrid por vez primera. El sonido de este disco, producido por Martin Brich, es perfecto. Todo suena como tiene que sonar y al volumen exacto. Es sólo una opinión personal, vale, y existen otros discos con sonido cojonudo completamente diferentes, pero este álbum, tiene un "no se qué" que lo hace especial. Y qué decir de las canciones, sublimes, todas, de la primera a la octava; la más "floja" si acaso, me parece "Gangland", tema que, de hecho, estuvo a punto de ir como Cara B aunque al final el lugar lo ocupara otra, a mi parecer mejor, llamada "Total Eclipse". Es imposible destacar sólo una o pocas canciones de este disco. "Children of the Damned" empieza con un medio tiempo que tiene, hacia la mitad un cambio de ritmo "Made in Maiden" y con un Bruce con un chorro de voz espectacular. "The prisioner" es magnífica, el duelo de guitarras se sale, "22 Acacia Avenue" no se queda atrás y qué decir de la que da nombre al disco, 100% Iron Maiden, con ése "six!, six six! the number of the beast!" que hemos cantado con los cuernos en alto todos los heavys cientos (o miles?) de veces, "Run to the Hills", gran single con un inicio que se reconoce al segundo, y cómo no, la que cierra el disco, "Hallowed be thy name". Un temazo de más de 7 minutos que es sin duda, una de mis canciones favoritas de todos los tiempos. La canción va aumentando de intensidad a medida que avanza, con un Bruce Dickinson que empieza casi en solitario, seguida de esas guitarras dobladas tan maiden y luego el estruendo final, con unos redobles de batería que no puedes evitar hacer ni bajo el agua, un ritmo de bajo que es como cabalgar a lomos de un camello en celo y unos solos de guitarra que parecen piques para ver cuál es más "beast". "The number of the beast" es un disco que, de verdad, no te puedes perder. Si crees que a tí el heavy no te gusta, dáte una oportunidad, este no es un disco para que lo escuchen sólo los heavys. Si tu, de la música sólo te quedas con la canción que suele sonar en la radio cada semana o con los politonos de moda, entonces da igual, no pierdas el tiempo, no estás capacitado. Si, en cambio, te gusta la musica de verdad, seas heavy o no, sabes apreciar la calidad de unas canciones independientemente de su estilo y con objetividad, ya estás tardando. Ya me lo contaréis. FICHA Grupo: Iron Maiden Álbum: The number of the Beast Año: 1982 Sello: EMI Formación: Bruce Dickinson -Voz, Steve Harris -Bajo, Dave Murray -Guitarra, Adrian Smith -Guitarra, Clive Burr-Batería
(Publicado originalmente en http://elblogdejebimetal.blogspot.com el 7 de febrero de 2009)
ResponEliminaSí, sí, ya lo sé, qué original. Con la de discos que existen y tengo que ponerme a escribir precisamente de "The number of the Beast", sobre el que ya se ha dicho y escrito absolutamente todo. Pero es que en este blog no podía faltar este discazo y lo raro es que no fuera el primero en ser comentado. Para los que ya lo conozcáis, poco o nada más que añadir. Y para los no iniciados deciros que si sencillamente os gusta la música de calidad, este material es de obligada escucha, de "primero de heavy", de esos que seguro te caen en los exámenes trimestrales, los de junio y hasta en septiembre. Son muy pocos los discos de los que se pueda afirmar sin lugar a duda que quedan para la historia del heavy metal, por sus canciones, por su sonido, y por su momento. Vamos a empezar precisamente por ahí, por el momento: La NWOBHM.
Iron Maiden nació en un barrio londinense a finales de los años 70 al calor de una explosión de nuevas bandas, con un sonido característico y que fue conocido como el de la New Wave Of British Heavy Metal (NWOBHM), cuyo máximo esplendor se produjo, aproximádamente, entre los años 1980 y 1984. A diferencia de sus primos punks, que rompieron con todos los moldes establecidos por la generación de músicos anterior, el ya no tan incipiente movimiento heavy se dejó influenciar y chupó mucho de grupos como Iron Butterfly, Uriah Heep, UFO, Black Sabbath o Judas Priest y Motörhead (que aunque llevaban ya una trayectoria, se hicieron realmente grandes en aquellos años). Además de Iron Maiden, infinidad de grupos como Saxon, Tygers of Pan Tang, Samson, Raven, White Spirit, Diamond Head, Girlschool (raro caso de grupo totalmente femenino), Venom (precursores del Black Metal) y muchísimos grupos más, muchos de los cuales nacieron y murieron con un solo disco editado, contribuyeron a hacer grande este género, uno de cuyos rasgos característicos fue la velocidad de sus solos y la adopción de una imagen "más propia", alejándose del hippismo anterior e identificándose más con la de un heavy cualquiera de hoy día, para entendernos.
A finales de 1981, tras la salida del álbum "Killers" (otro discazo en mi opinión que tiene la "mala suerte" de ser de los Maiden y quedar ensombrecido por otros discos más populares de la banda), Iron Maiden se encontraba sin cantante debido a la expulsión del "heavy-punk" Paul Di'Anno. Steve Harris, bajista y cerebro del grupo, tras ver una actuación de los Samson en el festival de Reading y en cuyo grupo cantaba Bruce Dickinson (conocido en aquella época como Bruce-Bruce) decidió que ése, tenía que ser el nuevo cantante de La Doncella de Hierro. Dickinson aprovechó la oportunidad de su vida y así, el 29 de marzo de 1982, veía la luz el tercer disco de los londinenses, The Number of the Beast.
El disco fue un exitazo y fue número 1 en listas durante varias semanas y en diferentes países además de Inglaterra (en España no, claro) y les permitió hacer su primera gira mundial que les llevó a actuar en Madrid por vez primera. El sonido de este disco, producido por Martin Brich, es perfecto. Todo suena como tiene que sonar y al volumen exacto. Es sólo una opinión personal, vale, y existen otros discos con sonido cojonudo completamente diferentes, pero este álbum, tiene un "no se qué" que lo hace especial. Y qué decir de las canciones, sublimes, todas, de la primera a la octava; la más "floja" si acaso, me parece "Gangland", tema que, de hecho, estuvo a punto de ir como Cara B aunque al final el lugar lo ocupara otra, a mi parecer mejor, llamada "Total Eclipse".
ResponEliminaEs imposible destacar sólo una o pocas canciones de este disco. "Children of the Damned" empieza con un medio tiempo que tiene, hacia la mitad un cambio de ritmo "Made in Maiden" y con un Bruce con un chorro de voz espectacular. "The prisioner" es magnífica, el duelo de guitarras se sale, "22 Acacia Avenue" no se queda atrás y qué decir de la que da nombre al disco, 100% Iron Maiden, con ése "six!, six six! the number of the beast!" que hemos cantado con los cuernos en alto todos los heavys cientos (o miles?) de veces, "Run to the Hills", gran single con un inicio que se reconoce al segundo, y cómo no, la que cierra el disco, "Hallowed be thy name". Un temazo de más de 7 minutos que es sin duda, una de mis canciones favoritas de todos los tiempos. La canción va aumentando de intensidad a medida que avanza, con un Bruce Dickinson que empieza casi en solitario, seguida de esas guitarras dobladas tan maiden y luego el estruendo final, con unos redobles de batería que no puedes evitar hacer ni bajo el agua, un ritmo de bajo que es como cabalgar a lomos de un camello en celo y unos solos de guitarra que parecen piques para ver cuál es más "beast".
"The number of the beast" es un disco que, de verdad, no te puedes perder. Si crees que a tí el heavy no te gusta, dáte una oportunidad, este no es un disco para que lo escuchen sólo los heavys. Si tu, de la música sólo te quedas con la canción que suele sonar en la radio cada semana o con los politonos de moda, entonces da igual, no pierdas el tiempo, no estás capacitado. Si, en cambio, te gusta la musica de verdad, seas heavy o no, sabes apreciar la calidad de unas canciones independientemente de su estilo y con objetividad, ya estás tardando.
Ya me lo contaréis.
FICHA
Grupo: Iron Maiden
Álbum: The number of the Beast
Año: 1982
Sello: EMI
Formación: Bruce Dickinson -Voz, Steve Harris -Bajo, Dave Murray -Guitarra, Adrian Smith -Guitarra, Clive Burr-Batería