(Publicado originalmente en http://elblogdejebimetal.blogspot.com el 4 de marzo de 2009) Aprovechando que este mes pasará por aquí el Priest Fest, gira en la que participan junto a Judas Priest, Megadeth y Testament, voy a presentaros otro discazo que tiene ya casi 20 años y que no sólo es de los más importantes que han grabado los Judas a lo largo de su extensa carrera que arranca en la primera mitad de la década de los 70, sinó que además es un disco fundamental en la ya larga historia del heavy metal y que no puede faltar en ninguna colección metalera que se quiera catalogar de mínimamente aceptable.
Puede considerarse a Judas Priest uno más de los padres del heavy metal además de ser el grupo que definió la ya clásica estética heavy del cuero y las tachuelas. Judas Priest reúne dos de las características más identificativas del sonido heavy, los agudos de la voz y las guitarras afiladas, muy afiladas. Judas Priest sacó su primer disco, Rocka Rolla, en 1974, disco influenciado aún mucho por el sonido de bandas como Cream o Led Zeppelin pero que sentaba las bases del estilo de un grupo que muy pronto sería estandarte del heavy metal y que fue clave en el desarrollo de la NWOBHM de la década siguiente. Desde ese "Rocka Rolla" de 1974 hasta el reciente "Nostradamus" de 2008 han pasado 34 años, 16 álbums de estudio y varios directos y recopilatorios de los cuales se han vendido alrededor de 78 millones de copias en todo el mundo.
Cuando en 1990 llegó Painkiller, Judas Priest había alcanzado ya prácticamente todas todas las metas imaginables por un grupo de heavy metal, viviendo su mayor época dorada y de consolidación internacional gracias a discos como "British Steel" de 1980, "Screaming for the vengance" de 1982 o "Defenders of the Faith" de 1984 con el que se consagraron ya como estrellas absolutas en el difícil mercado estadounidense. Pero con el salto de década acechando, las cosas estaban cambiando y la tranquilidad en el seno del grupo era nula. En 1986 salía a la venta el exitoso en ventas "Turbo", disco en el que la banda siguió evolucionando (una constante en la carrera de los británicos) hacia un sonido que incluía el uso de sintetizadores muy en la onda del Techno Pop que empezaba a reinar por aquellos años y dos años después salió "Ram it Down", disco que a pesar de tener grandes canciones como la que da título al álbum y de volver a un sonido más cercano al de principios de la década no consiguió reenganchar como esperaban a su público más veterano.
La llegada de Scott Travis a la banda para ocupar la plaza de batería que Dave Holland había dejado bacante, fue fundamental para encarrilar el sonido que "Painkiller" tendría, influenciado por ese nuevo Metal 90's que empezaban a representar grupos como Pantera, que precisamente habían sido teloneros de Judas Priest un año antes.
"Painkiller" arranca con la canción que da título al disco, con un sólo de batería espectacular que va seguido de las dos guitarras más metálicas de todos los tiempos, auténticas hachas afilándose con unos solos espectaculares y un Rob Halford a la voz que en este disco vuelve a demostrar que tiene una garganta privilegiada, llegando a unos tonos agudos que parecen alfileres clavándose en los tímpanos. Este es otro de esos pocos discos cuyas 10 canciones son espectaculares, casi 50 minutos de apisonadora donde temas como "Hell Patrol", "Metal Meltdown" o "A touch of Evil" son la definición perfecta de lo que el heavy metal fue y sobretodo, sería a partir de entonces.
Éste sería el último disco del cantante Rob Halford hasta su vuelta al grupo en 2004, debido a los cada vez más frecuentes roces con los otros cerebros del grupo, los guitarristas Glenn Tipton y K.K.Downing, por la dirección musical a la que debía dirigirse el grupo, además de la enorme presión que para Halford suponía tener que esconder su homosexualidad ( la cual hizo pública finalmente en 1999, cuando ya era un secreto a voces) y el escandaloso juicio en el Estado de Nevada, por incitación al suicidio, al que el grupo se vio sometido en 1991 tras la muerte dos chavales que se pegaron un tiro, con la mala suerte de que eran seguidores de Judas Priest y habían estado escuchando poco antes la canción "Better than you, better than me" del disco "Stained Class" de 1978. Supuestamente y según la acusación, escuchando dicho LP al revés, en un determinado momento de la canción "podía oírse" la frase "do it" (hazlo). A pesar de lo esperpéntico del juicio y de la acusación y de que en Estados Unidos te puede pasar cualquier cosa, el grupo fue absuelto de toda responabilidad en la muerte de los dos chicos.
Como digo siempre, si tú que lees esto eres seguidor de esta música, seguro que ya conoces este disco, pero si eres novato y lo que quieres es tener un subidón bestial sin necesidad de consumir cocaína, éste es tu disco. Un disco muy duro, muy rápido, muy agresivo, de gran calidad técnica y que sería un ejemplo perfecto para explicar a unos marcianos lo que es el heavy metal, les pones este disco y lo tienen bien entendido a los 2 minutos.
(Publicado originalmente en http://elblogdejebimetal.blogspot.com el 4 de marzo de 2009)
ResponEliminaAprovechando que este mes pasará por aquí el Priest Fest, gira en la que participan junto a Judas Priest, Megadeth y Testament, voy a presentaros otro discazo que tiene ya casi 20 años y que no sólo es de los más importantes que han grabado los Judas a lo largo de su extensa carrera que arranca en la primera mitad de la década de los 70, sinó que además es un disco fundamental en la ya larga historia del heavy metal y que no puede faltar en ninguna colección metalera que se quiera catalogar de mínimamente aceptable.
Puede considerarse a Judas Priest uno más de los padres del heavy metal además de ser el grupo que definió la ya clásica estética heavy del cuero y las tachuelas. Judas Priest reúne dos de las características más identificativas del sonido heavy, los agudos de la voz y las guitarras afiladas, muy afiladas. Judas Priest sacó su primer disco, Rocka Rolla, en 1974, disco influenciado aún mucho por el sonido de bandas como Cream o Led Zeppelin pero que sentaba las bases del estilo de un grupo que muy pronto sería estandarte del heavy metal y que fue clave en el desarrollo de la NWOBHM de la década siguiente. Desde ese "Rocka Rolla" de 1974 hasta el reciente "Nostradamus" de 2008 han pasado 34 años, 16 álbums de estudio y varios directos y recopilatorios de los cuales se han vendido alrededor de 78 millones de copias en todo el mundo.
Cuando en 1990 llegó Painkiller, Judas Priest había alcanzado ya prácticamente todas todas las metas imaginables por un grupo de heavy metal, viviendo su mayor época dorada y de consolidación internacional gracias a discos como "British Steel" de 1980, "Screaming for the vengance" de 1982 o "Defenders of the Faith" de 1984 con el que se consagraron ya como estrellas absolutas en el difícil mercado estadounidense. Pero con el salto de década acechando, las cosas estaban cambiando y la tranquilidad en el seno del grupo era nula. En 1986 salía a la venta el exitoso en ventas "Turbo", disco en el que la banda siguió evolucionando (una constante en la carrera de los británicos) hacia un sonido que incluía el uso de sintetizadores muy en la onda del Techno Pop que empezaba a reinar por aquellos años y dos años después salió "Ram it Down", disco que a pesar de tener grandes canciones como la que da título al álbum y de volver a un sonido más cercano al de principios de la década no consiguió reenganchar como esperaban a su público más veterano.
La llegada de Scott Travis a la banda para ocupar la plaza de batería que Dave Holland había dejado bacante, fue fundamental para encarrilar el sonido que "Painkiller" tendría, influenciado por ese nuevo Metal 90's que empezaban a representar grupos como Pantera, que precisamente habían sido teloneros de Judas Priest un año antes.
"Painkiller" arranca con la canción que da título al disco, con un sólo de batería espectacular que va seguido de las dos guitarras más metálicas de todos los tiempos, auténticas hachas afilándose con unos solos espectaculares y un Rob Halford a la voz que en este disco vuelve a demostrar que tiene una garganta privilegiada, llegando a unos tonos agudos que parecen alfileres clavándose en los tímpanos. Este es otro de esos pocos discos cuyas 10 canciones son espectaculares, casi 50 minutos de apisonadora donde temas como "Hell Patrol", "Metal Meltdown" o "A touch of Evil" son la definición perfecta de lo que el heavy metal fue y sobretodo, sería a partir de entonces.
ResponEliminaÉste sería el último disco del cantante Rob Halford hasta su vuelta al grupo en 2004, debido a los cada vez más frecuentes roces con los otros cerebros del grupo, los guitarristas Glenn Tipton y K.K.Downing, por la dirección musical a la que debía dirigirse el grupo, además de la enorme presión que para Halford suponía tener que esconder su homosexualidad ( la cual hizo pública finalmente en 1999, cuando ya era un secreto a voces) y el escandaloso juicio en el Estado de Nevada, por incitación al suicidio, al que el grupo se vio sometido en 1991 tras la muerte dos chavales que se pegaron un tiro, con la mala suerte de que eran seguidores de Judas Priest y habían estado escuchando poco antes la canción "Better than you, better than me" del disco "Stained Class" de 1978. Supuestamente y según la acusación, escuchando dicho LP al revés, en un determinado momento de la canción "podía oírse" la frase "do it" (hazlo). A pesar de lo esperpéntico del juicio y de la acusación y de que en Estados Unidos te puede pasar cualquier cosa, el grupo fue absuelto de toda responabilidad en la muerte de los dos chicos.
Como digo siempre, si tú que lees esto eres seguidor de esta música, seguro que ya conoces este disco, pero si eres novato y lo que quieres es tener un subidón bestial sin necesidad de consumir cocaína, éste es tu disco. Un disco muy duro, muy rápido, muy agresivo, de gran calidad técnica y que sería un ejemplo perfecto para explicar a unos marcianos lo que es el heavy metal, les pones este disco y lo tienen bien entendido a los 2 minutos.